Publicado el 22 de abril de 2025

BOLETÍN 048

En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, la alcaldía Tlalpan celebró una ceremonia sagrada en el pueblo originario de San Miguel Topilejo como parte del Festival Originario 2025, una jornada comunitaria que reivindica la memoria viva de los pueblos originarios de Tlalpan, la cosmovisión indígena y el vínculo con la naturaleza.

A la jornada acudieron la alcaldesa de Tlalpan, Gaby Osorio, y la secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, Julia Álvarez Icaza Ramírez, quien asistió en representación de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.

Gaby Osorio participó activamente en el ritual para pedir por buenas lluvias y cosechas para el campo de Tlalpan. En su mensaje destacó la importancia de proteger el territorio desde las raíces culturales:

“Este festival es un espacio para honrar a nuestros pueblos y para reafirmar que la tierra es vida, historia y futuro. Defenderla es también proteger nuestra identidad”, expresó.

Por su parte, la secretaria Álvarez Icaza subrayó el valor simbólico del ritual:

“De la tierra venimos, a la tierra vamos, tierra defendemos y tierra somos. Que esta ceremonia nos reconecte con la tierra, con los maicitos, con las hortalizas y con las lluvias que ya nos hicieron caso”, dijo entre aplausos, justo después de una ligera llovizna.

Por su parte, la cronista de Topilejo tomó la palabra para destacar el carácter sagrado del sitio: “Podemos no creer, pero hace dos horas abrimos los portales y llovió. Aquí se encuentra la diosa Chicomecóatl, símbolo de fertilidad. San Miguel Topilejo es tierra xochimilca viva, que merece respeto”, afirmó, recordando que este punto fue identificado desde tiempos ancestrales como un centro ceremonial de los pueblos originarios.

El evento, realizado en el Rancho El Encino, fue parte del Festival Originario 2025, que reúne a once pueblos de Tlalpan con actividades como música tradicional, danza, talleres, poesía en lenguas indígenas y observación astronómica.

La sede de Topilejo fue elegida por su relevancia espiritual y su legado campesino. La ceremonia concluyó en medio de una ligera lluvia, que para muchas y muchos asistentes pareció anunciar una buena temporada de siembra en una comunidad como Topilejo, donde el maíz sigue siendo símbolo de vida.

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