La Antigua Hacienda de Tlalpan, ubicada en la esquina de la Calzada de Tlalpan y la calle Allende, es un sitio cargado de historia y un reflejo de la evolución cultural y arquitectónica de la alcaldía. Construida en 1837, esta majestuosa hacienda fue propiedad de Manuel del Refugio González Flores, conocido como Manuel “El Manco” González, un influyente político y militar, amigo cercano de Porfirio Díaz y presidente de México de 1880 a 1884. En sus orígenes, la propiedad se extendía por toda la manzana desde la calle Matamoros hasta Niño Jesús, en el barrio homónimo, antes de que la expansión de la Calzada de Tlalpan en 1942 redujera su extensión y afectara también a la Casa Chata, una propiedad contigua.
Manuel González fue un personaje fundamental en la historia de México del siglo XIX. Militar destacado, participó en la Guerra de Intervención Norteamericana y en la Guerra de Reforma, donde forjó una relación duradera con Porfirio Díaz. En la Batalla de Tecoac en 1876, González fue herido gravemente en el brazo derecho, que tuvo que ser amputado. Este evento lo convirtió en una figura aún más admirada por su tenacidad y valentía, y fortaleció su relación con Díaz, quien lo nombró Ministro de Guerra. Poco después de este incidente, en 1876, González adquirió la hacienda en Tlalpan, que se encontraba entonces en las afueras del pueblo y funcionaba como un retiro campestre, un lugar ideal para alejarse de la vida política de la capital.
Tras finalizar la presidencia de Manuel González en 1884 y entregar el poder a Díaz, González se mudó a Guanajuato, pero la hacienda permaneció como un símbolo de su legado en Tlalpan. Más tarde, en 1904, la hacienda fue escenario de un evento notable: el Círculo Nacional Porfirista se reunió allí para postular a Porfirio Díaz para la presidencia por quinta ocasión consecutiva. Esta reunión dejó una huella histórica en el lugar, con una placa conmemorativa fechada el 2 de abril de 1904.
Las transformaciones que ha tenido permitieron su integración a la vida social y gastronómica de la ciudad, convirtiéndose en un sitio visitado tanto por locales como por turistas. Actualmente, la Antigua Hacienda de Tlalpan es uno de los restaurantes más reconocidos de la ciudad, destacando no solo por su excelente gastronomía, sino también por la posibilidad de disfrutar de una experiencia en un espacio histórico.
La hacienda también ha servido como set de filmación para varias películas mexicanas emblemáticas, como *La Muñeca Perversa*, un drama de suspenso filmado íntegramente en el interior de la hacienda, y *Pero sigo siendo el rey*, una película biográfica sobre el cantante José Alfredo Jiménez, filmada en 1988. Estas producciones, además de elevar el perfil de la hacienda, consolidaron su imagen como un sitio pintoresco y lleno de carácter, ideal para recrear atmósferas de época en el cine mexicano.
La Alcaldía de Tlalpan reconoce la importancia de este sitio no solo como un atractivo histórico, sino también como un recurso cultural que conecta a los habitantes y visitantes con el legado histórico de la región. Al permitir que la hacienda funcione como restaurante y centro de eventos, se ha revitalizado su propósito y se ha asegurado la conservación de un patrimonio invaluable para Tlalpan. Este esfuerzo de conservación y adaptación permite que los visitantes experimenten la historia de México en un entorno vivo, mientras la hacienda continúa sirviendo a la comunidad, manteniéndose como un símbolo de la herencia histórica de Tlalpan.
