El Mercado de La Paz, en el corazón de la Alcaldía de Tlalpan, es uno de los mercados más antiguos y emblemáticos de la Ciudad de México. Combina historia, tradición e identidad. Está Ubicado a espaldas de la sede de la alcaldía y rodeado por sitios como la Casa de la Cultura Frissac, la Parroquia de San Agustín de las Cuevas y la Plaza de la Constitución, el mercado se integra en una zona rica en historia y cultura, que conserva el aire provinciano y la arquitectura porfiriana que caracteriza esta área.
Se dice que el edificio fue inaugurado en 1900, por el mismo Porfirio Díaz como parte de su proyecto de modernización. Diseñado con planos de una fábrica textil, presenta una fachada de ladrillo rojo, altos muros y techos de dos aguas. La estructura original incluía una fuente de piedra decorada con cabezas de leones, alimentada por los manantiales de Santa Úrsula Xitla, y pisos de recinto y cantera. Esta arquitectura se ha conservado a lo largo de los años y, tras varias restauraciones, el mercado sigue siendo un símbolo del Tlalpan histórico.
En sus inicios, el mercado ofrecía productos de abasto básico: frutas, verduras, carne, y enseres domésticos. A mediados del siglo XX, el crecimiento de la demanda de comida preparada impulsó una transformación del mercado hacia un enfoque gastronómico, donde platillos tradicionales y comida casera se convirtieron en el principal atractivo, un cambio que permitió la revitalización del mercado y le otorgó su carácter actual.
El Mercado de La Paz es, sobre todo, un espacio donde generaciones de comerciantes han mantenido sus locales y tradiciones culinarias a través de décadas. Algunos puestos, como los de comida casera y barbacoa, son atendidos por descendientes de los primeros comerciantes que llegaron al mercado en los años de su inauguración. Los locatarios, muchos de los cuales son tercera o cuarta generación, han adaptado sus servicios y productos al cambio de los tiempos sin perder el sabor auténtico y casero que los caracteriza.
El mercado cuenta con 140 locales en su interior y 22 accesorias exteriores, sumando un total de 162 espacios comerciales. Aquí se encuentran desde fondas y cocinas que ofrecen comida para llevar, hasta puestos de dulces tradicionales, hierbas medicinales, carnicerías y tiendas de abarrotes.
Entre los platillos más representativos destacan el caldo tlalpeño. Cuenta la leyenda, que este platillo fue creado a mediados del siglo XIX en el mercado por una cocinera que improvisó la receta para satisfacer el apetito del presidente Antonio López de Santa Anna, quien visitaba Tlalpan. Este platillo, que lleva pollo, arroz, verduras y chile chipotle, se ha convertido en una insignia culinaria de Tlalpan, preparado con variaciones únicas en cada fonda del mercado.
El Mercado de La Paz no solo es un lugar de compras, sino también un espacio donde la comunidad se reúne. Aquí, los residentes encuentran un ambiente amigable y cálido, donde los locatarios conocen a sus clientes y los llaman por su nombre, creando un vínculo de confianza y familiaridad que distingue al mercado. Esta atmósfera lo convierte en un punto de encuentro para los tlalpenses y en un atractivo para turistas que buscan una experiencia auténtica y tradicional.
El Mercado de La Paz es una joya histórica y cultural de Tlalpan, un espacio donde convergen la historia, la arquitectura y las tradiciones culinarias. Gracias al esfuerzo de generaciones de locatarios, en conjunto con las autoridades, el Mercado de La Paz sigue siendo un espacio vibrante y esencial en la vida de Tlalpan, un lugar donde las tradiciones mexicanas se viven día a día y donde la historia de la alcaldía permanece viva.
